¿Asegurar o arriesgar en el pádel?

“En un partido de pádel está claro que vence el que menos falla”. Una frase que habremos oído en infinidad de ocasiones y que mucha razón tiene. Si gana el que menos falla, es mejor asegurar las bolas, por lo que nos podría conllevar al triunfo.  Muchas veces derrochamos puntos, y generalmente le arrojamos la culpa a una maléfica técnica en los golpes de pádel o incluso ni si quiera estamos al corriente de a qué se debe el fallo, y así podemos terminar un choque de pádel sucumbiendo, y ni si quiera saber por qué.

En escena también entra la psicología, que decide muchos partidos, tanto si hay una pareja con más recursos que la otra como si se trata de un choque muy disputado, ya que el mantener la cabeza fría y saber cuál es la mejor forma de gestionar ese instante del partido concreto es imprescindible para conseguir el triunfo. Y es que tener una buena estrategia, aunque parezca que no, es muy importante para llevarse un partido: saber los puntos flojos del rival y explotarlos. En partidos muy igualados, al final la moneda cae hacia un equipo u otro por pequeños detalles.

Pero claro, muchos se preguntarán: ¿Juego todo el partido asegurando? No es la idea. Si juegas todo el partido asegurando, pasando únicamente bolas, lo más posible es que pierdas. Por lo tanto queremos explicarte la diferencia entre asegurar y arriesgar, enfocado al pádel, y en sus diferentes etapas del partido.

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¿Cómo aseguramos?

En algunas fases de un partido de pádel hay que asegurar las bolas. Ya sea porque el rival te está dominando y tienes que aguantar, o bien para desquiciar al rival. Muchas veces, el ansia por finalizar un punto rápido puede encadenar en el fallo. Por lo que en algunas situaciones hay que activar el modo “pasabolas” para desquiciar al rival y que le llegue la sensación de que tiene que sudar sangre para meterte un punto. Sabes que si le aguantas vences el encuentro por que no resiste un peloteo largo y no posees ni la necesidad de precisar, ya que tu rival va a terminar errando. Sólo con cabeza y asegurando el tiro puedes ganar partidos, pero no siempre.

Para poder asegurar en buenas condiciones nuestros golpes, primero debemos tener una buena técnica que nos permita equilibrar nuestro juego. Es decir, no es lo mismo hacer una volea desde cerca de la red que en media pista, o si tengo mal colocado a mi compañero en la pista, hacer un buen globo para volver a posicionarnos para seguir defiendo, etc. No debemos pensar únicamente en el golpe que vamos a realizar, si no en la situación que se va a producir después

Por ello, hay que evitar los errores no forzados, es decir, nuestros fallos. La mentalidad positiva es vital en cualquier deporte y no va a ser menos en el pádel. Después de cometer un fallo, es imprescindible concentrase para evitar un error acto seguido, es decir, olvidar lo ocurrido anteriormente ya que sino no podremos asegurar ningún pelota. Es evidente que tras recibir un saque del rival (restando nosotros) es casi imposible conseguir un tiro ganador, por lo que es más importante poner la bola en juego y leer que hace el rival.

Aplicar la regla de la “suma de 10”. Si la bola viene a una velocidad de 7 del rival, hay que devolverla a una velocidad de 3, ya que si lo hacemos con más fuerza acabaremos arriesgando, lo que puede encadenar al fallo.

¿Cómo arriesgamos?

En muchos partidos, únicamente con asegurar no vale. Acabaremos perdiendo. ¿Por qué? Puede ser que los rivales sean más fuertes (de nivel) que tú, que tengan las ideas muy claras y estás obligado a realizar algo sorpresivo para darle la vuelta al marcador, evitando ser previsible en el juego.

Arriesgar es una palabra que está muy relacionada con el fallo. Puede ser cierto, pero no siempre. No siempre cuando se arriesga se pierde, muchas veces la moneda cae cara, pero hay que saber medir el nivel de arriesgar. Es muy diferente recibir una bola y lanzarla sin mucho sentido, que recibirla y jugarla con criterio, que aunque arriesguemos algo más de la cuenta, tengamos la situación bajo control.

Para ganar un punto hay que trabajarlo. No se puede tener la mentalidad que acabar el punto cuanto antes, ya que lo más posible es que acabes fallando.  Por lo tanto, se trabaja el punto y se cierra cuando aparezca la oportunidad para ello con un riesgo controlado, es decir, un golpe que esté en tu repertorio (por ejemplo, un jugador que domina las dejadas, pues si llega la pelota en excelentes condiciones, aunque sea arriesgando, debe jugársela).

La paciencia es la madre de la ciencia. El pádel es un deporte en el que cobra especial importancia tanto la concentración como el planteamiento táctico que forjemos con nuestro compañero y que puede trasladarnos a vencer un partido. Si quieres asegurarte un partido, no arriesgues, no pretendas hacer golpes que aún no dominas y ten paciencia.

Disputa golpes cómodos y si en algún momento pretendes arriesgar, hazlo en una posición grata y correcta que te permita reaccionar a la devolución del contrincante. No trates de vencer el punto a los dos golpes y dedícate a asegurar cada golpe examinando adecuadamente el juego para encontrar el instante ideal o el fallo del rival para lograr precisar.

No hay prisa, no concurre tiempo para finiquitar el juego, medita los golpes, opta el que mejor viene para cada instante según tu perspectiva, analiza las debilidades y fortalezas del opositor y actúa en consecuencia. Si tienes paciencia y formas una buena lectura del juego encontrarás el momento preciso para embestir, enviar una pelota a mayor velocidad o tratar de hacer un golpe ganador pero primero, asegúrate.

Esto es todo por hoy, padeleros. Y recuerden, para ganar hay que asegurar, pero puede ser (en el 90% de partidos) que sea necesario arriesgar. Arriesguen con cabeza. Tengan controlado el partido. ¡Hasta la próxima, buenos partidos!.